El peronismo continúa rigiendo hegemónicamente los destinos de Argentina, con la mismas metodologías de siempre y sin discutir temas vitales como saber qué país queremos, de modo tal de que todo sigue quedando librado al oscilante vaivén de su péndulo ideológico.
De la izquierda revolucionaria avalada por el Tío Cámpora, a la ultraderecha violenta avalada por el brujo Lopez Rega. De la revolución neoliberal menemista, a esta socialdemocracia kirchnerista avalada por Alfonsín.
Su prioridad no es hoy como reza la doctrina justicialista, de construir un país justo, libre y soberano. Su prioridad es estacionarse en el poder, mantenerse en el poder, construir poder, por el poder en sí.
Por eso la ideología es una mera contingencia y por eso puede variar de uno a otro extremo.
Lo que no varía es el aceitado aparato partidario a la hora de las elecciones.
Con una sorprendente capacidad de autotransformación, el peronismo va reciclándose para permanecer en el poder y tratar de arreglar los desastres que hizo el gobernante peronista anterior, avalado como ahora por los mismos integrantes de las cámaras legislativas que primero aplaudieron el default para luego aplaudir la salida del default.
Como decía Jorge Luis Borges, el peronismo es incorregible, y toda su magnífica doctrina que habla de justicia social, independencia económica y soberanía política, sigue quedando postergada por el ejercicio de la rentable "profesión" de político, un oficio con buen pasar económico, con poder para usar a discresión y en provecho personal y de la estructura partidaria, y disponiendo de "pensiones graciables" y "gastos reservados" para distribuir a su antojo.
Ante la inexistencia de una oposición, es segura la reelección de Kirchner, y no nos queda más que esperar que vaya superando sus falencias, ya que le guste o no le guste a sus detractores, el destino de los argentinos y de la Argentina, desde hace sesenta años y por mucho tiempo más, está en manos del movimiento que Perón creó.
5 comentarios:
Qué buen texto. Es completamente cierto: los peronistas buscan el poder por el poder mismo. Si les hace falta virar hacia tendencias "sociales", viran; si necesitan volverse hacia la derecha más recalcitrante, se vuelven.
De hecho es ni más ni menos que el comportamiento del "General" si analizás sus tres gobiernos. En los primeros dos, fue "social" (entre comillas) haciendo cumplir leyes sociales que había impulsado Alfredo Palacios, un verdadero socialista; en cambio en su tercer gobierno (y usando a la izquierda) conformó un gobierno de derecha, que terminó poniendo a Gelbar (un empresario) como ministro.
Muy, muy buena nota!
bué... noi yo lo dijo todo...
muy buen texto!!
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