Lejos de los problemas cotidianos, de los compromisos laborales, el verano nos permite relajarnos, disfrutar de buenos momentos con amigos, bañarnos de mar y sol, divertirnos sanamente y en familia. En contacto con la naturaleza, nos sentimos más libres y distendidos, mientras cargamos las pilas para enfrentar un nuevo año de trabajo y preocupaciones, de conflictos y problemas. Y así, la vida continúa.
10.2.07
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