8.3.06

¿La punta del ovillo?


En el mundo de las organizaciones humanas, existen dos palabras que son sinómimas:
Autoridad y Responsabilidad.
"A mayor autoridad, mayor responsabilidad", reza el viejo apotegma.
De nada valieron los dineros puestos en medios de comunicación que trataron de instalar en la ciudadanía conceptos como "golpe a las instituciones", "farsa jurídica", y "vendetta política".
Éste ha sido un precedente histórico para toda la clase política, la misma que está íntimamente ligada al ominoso gasto público que condiciona nuestro crecimiento y bienestar.
Por primera vez quedó establecido en los hechos concretos alque que existía en las leyes pero no en la práctica: que todo ciudadano en el ejercicio del poder político, debe rendir cuentas de su accionar, y puede ser pasible de ser sometido a juicio y destituido e inhabilitado en caso de que se demuestre su ineptitud o incompetencia o mal ejercicio de sus funciones como representante de la ciudadanía.
Este juicio fue una bocanada de aire fresco en una república donde a pesar de las buenas intenciones y de los éxitos macroeconómicos tan festejados en los discursos gubernamentales, sigue contando con las mismas fallas estructurales de siempre: contubernios, prebendarismo, clientelismo político, falta de equilibrio de los tres poderes (ejecutivo hegemónico, un congreso que está pintado), sospechas fundadas de negociados, secretos a voces de referentes que manejan la "caja" de determinados gobernantes, excesos de decretos de necesidad y urgencia, poca transparencia, y gastos excesivos de la (a partir de ahora) alarmada clase social que vive de la política, generalmente alejada de la realidad cotidiana de la gente.
Esa gente, harta de tanta incompetencia, hace unos años dijo "Que se vayan todos"... Y no se fue ninguno.
Si a la política, o mejor dicho, a las viejas artimañas de los que viven de la política, hay que cambiarlas desde la misma política, quizás sea esta forma, la punta del ovillo para diseñar la siempre postergada Argentina, que es menester refundar.

3 comentarios:

eggy dijo...

Tengo que decir que no comparto tu visión sobre este asunto.
Primero aclaro los tantos: no soy ibarrista, detesto a los políticos como raza y, trabajando en microcentro, te puedo asegurar que asco es lo que me produjeron todas y cada una de las marchas en apoyo a Ibarra.
Lo destituyeron. Fenómeno, es la cabeza del gobierno y por lo tanto el máximo responsable del mantenimiento del aparato corrupto que permite, entre otras cosas, que lugares como Cromagnon abran sus puertas. Pero no es más que un jueguito político al que los familiares de las víctimas fueron estúpidamente funcionales.
No te quiero sacar más espacio, porque no estoy capacitado para resumir en pocas líneas lo que pienso al respecto. Si te interesa te invito a mi blog (nolohagas.blogspot.com), en el post titulado "Todo bien..." publiqué mi parecer.
Abrazo.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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